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La caída de tipos reactiva la compra de vivienda por el pequeño inversor y lo aleja de las Letras del Tesoro

Fotocasa concluye que el 10% de las compras de vivienda que realizaron en 2024 estaban pensadas para invertir, a partir de una encuesta a particulares, que tratan de evitar con ello que sus ahorros se devalúen
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La compraventa de viviendas ha subido con fuerza los últimos meses al calor de las rebajas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y, a falta aún de los datos de diciembre, todo apunta a que 2024 habrá sido el año con más transacciones tras 2007, justo al inicio de la crisis financiera internacional. La demanda embalsada desde la pandemia y el impulso de la inmigración han contribuido a generar este frenesí comprador, del que también han participado los fondos y los inversores extranjeros, aunque no sólo. El pequeño ahorrador vuelve a apostar por el ‘ladrillo’ ante la pérdida de atractivo de la deuda pública y la mayor rentabilidad que ofrecen los alquileres.

Es un movimiento que se percibe a pie de calle desde varios ámbitos. A partir de una encuesta realizada a particulares, Fotocasa concluye que el 10% de las compras de vivienda que realizaron en 2024 estaban pensadas para invertir. «Estamos viendo cómo apuestan por la vivienda como amparo para evitar que sus ahorros se devalúen; se han lanzado a invertir y siguen haciéndolo tras la evolución tan positiva que está teniendo el mercado en cuanto a aumentos de precios», explica a ‘La Información Económica’ María Martos, su directora de estudios.

Este fenómeno se aceleró entre los años 2022 y 2023, cuando la compra destinada a inversión prácticamente se duplicó, al pasar del 7% al 13% del total. Ese porcentaje ha pasado a estabilizarse después, a lo largo del último año, por el auge de las compraventas de vivienda habitual y de segunda residencia. Las inmobiliarias también constatan el apetito del pequeño ahorrador por la vivienda.

La red Alfa Inmobiliaria, compañía con 200 oficinas operativas repartidas entre España y México, ha percibido un incremento del 22% en el último año de las consultas de clientes interesados en inversión inmobiliaria. En la firma atribuyen este fenómeno a la percepción de la vivienda como un refugio seguro para proteger el ahorro frente a la pérdida de poder adquisitivo (la inflación todavía subió un 2,8% de media en 2024). «El aumento de la demanda no solo se ha observado en viviendas principales, sino también en propiedades destinadas al alquiler, lo que ha generado un efecto multiplicador en los mercados inmobiliarios locales», explican.

Son las dos realidades que conviven en un mercado donde la oferta de inmuebles es escasa, sobre todo en las zonas más tensionadas a nivel de demanda. Mientras el acceso sigue siendo un desafío, especialmente para los jóvenes, cuya capacidad de emanciparse se ve lastrada por la subida de precios, las condiciones hipotecarias y la falta de ahorros con los que afrontar el pago de la entrada, quienes cuentan con ahorros o activos previos «están aprovechando esta coyuntura para comprar al contado», apunta Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.

El porcentaje de compraventas que se realizaron sin financiación bancaria cayó un punto entre el tercer trimestre de 2023 (cuando el Banco Central Europeo elevó los tipos de interés al 4,5%, a máximos desde la creación del euro) y el mismo trimestre del año pasado. El nivel de operaciones al contado situó en el 34,4% del total a cierre de septiembre, según las cifras que maneja el Colegio de Registradores.

La demanda de crédito aumenta en plena batalla comercial entre las entidades que, aprovechando la caída de tipos, han mejorado su oferta a la caza de nuevos clientes con que evitar que sus márgenes se vean muy tocados. El Banco de España (BdE) constata que el interés que las entidades aplican a los nuevos préstamos hipotecarios que conceden -incluyendo los fijos y los variables- ha descendido casi un punto en algo más de un año (desde octubre de 2023) y roza ya el 3%.

El euríbor a un año, la principal referencia para los préstamos hipotecarios a tipo variable que conceden las entidades españolas, cayó en diciembre hasta el 2,436%. El índice ha descendido más de un punto en un año y prácticamente a la mitad desde el pico que alcanzó en septiembre de 2023, coincidiendo con las sucesivas rebajas de tasas que ha venido anunciando el BCE para estabilizar la economía, una vez que ha conseguido controlar algo más los precios.

Con la financiación más barata y la rentabilidad próxima al 6% que, según los portales inmobiliarios, ofrece de media el alquiler en España, se está apreciando una pérdida de interés del pequeño ahorrador por la renta fija, como reflejan los resultados de las subastas más recientes del Tesoro, en las que la rentabilidad ha ido a la baja. De hecho, en el Ministerio de Economía ya contemplan una estabilización de la demanda de letras en manos minoristas a lo largo de este año, tras el fuerte incremento registrado en 2023 y su mantenimiento en 2024.

Ya no vamos a ver más incrementos, pero lo que sí que se percibe es una ampliación de la base inversora, de forma que, gracias a la rentabilidad que tenían esos instrumentos, ha habido muchos hogares que se han dado de alta y que pueden ahora invertir al convertirse en una opción más dentro de su cartera», apuntaba la secretaria general del Tesoro y Financiación Internacional, Paula Conthe, en declaraciones recogidas por Europa Press durante la presentación de la estrategia de financiación del organismo para este año.

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