
Las grandes consultoras temen otra década perdida en bolsa
Aunque los analistas pronostican un año de buen rendimiento en Wall Street, las principales firmas de inversión alertan sobre un posible periodo de bajo crecimiento en el mercado bursátil.
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El optimismo a corto plazo
Para el año que comienza, Goldman Sachs estima que el S&P 500 alcanzará los 6.500 puntos a finales de 2025, lo que representaría un aumento del 10% respecto a su nivel actual y una rentabilidad total del 10%, incluyendo dividendos. Este crecimiento estaría impulsado por un incremento del 11% en las ganancias empresariales, un crecimiento medio de ventas del 5%, y un aumento en los márgenes de beneficio, en línea con un PIB nominal de Estados Unidos del 4,9% (2,5% de crecimiento real y 2,4% de inflación). Por su parte, Morgan Stanley comparte este objetivo de 6.500 puntos, aunque con matices. Según sus estrategas, el crecimiento del índice se basará en un aumento del 13% en beneficios y una contracción del 5% en los múltiplos de valoración. La firma también presenta escenarios alternativos: en un contexto optimista, el índice podría alcanzar los 7.400 puntos, pero en un escenario pesimista podría caer hasta los 4.600 puntos. Otras firmas, como JP Morgan y Bank of America, también prevén resultados positivos, aunque con diferentes matices. Bank of America, por ejemplo, se muestra ligeramente más optimista, situando su pronóstico en 6.666 puntos, mientras que Yardeni Research es aún más ambicioso y predice un S&P 500 en 7.000 para finales de 2025. Este optimismo se debe en parte a factores estructurales como el impulso de la inteligencia artificial, la desregulación y un aumento en la actividad de fusiones y adquisiciones.El temor a una década perdida
Aunque las previsiones para 2025 son alentadoras, muchos estrategas advierten que el mercado podría enfrentarse a un periodo prolongado de bajo rendimiento, conocido como «década perdida». Goldman Sachs, por ejemplo, estima que el S&P 500 podría alcanzar los 7.800 puntos para 2034, lo que representaría una revalorización anual inferior al 3%. De manera similar, Bank of America prevé rendimientos anuales de entre el 0% y el 1.5% durante el mismo periodo. ¿Por qué estos pronósticos tan sombríos? Las razones detrás de este pesimismo son varias. En primer lugar, las valoraciones actuales del mercado son extremadamente altas. El CAPE (relación precio-beneficio ajustada cíclicamente) del índice se encuentra en 38, un nivel que no se veía desde la Gran Depresión. Esto coloca al mercado en el percentil 97 de su histórico, lo que significa que solo el 3% del tiempo desde 1930 ha estado más caro. Estas valoraciones elevadas actúan como un freno para el crecimiento a largo plazo, ya que limitan la capacidad de los precios para seguir expandiéndose. En segundo lugar, los factores macroeconómicos añaden presión. JP Morgan señala que el envejecimiento de la población y el fin de la globalización son tendencias estructurales que podrían desacelerar el crecimiento. A medida que los inversores más mayores prefieren activos seguros como bonos, la demanda de acciones podría disminuir, reduciendo la liquidez del mercado. Además, los déficits fiscales previstos, que podrían alcanzar el 116% del PIB para 2030, aumentarían la carga tributaria para las empresas, afectando directamente su rentabilidad.Thank you for watching
Por último, el crecimiento en márgenes y ventas es difícil de sostener durante largos periodos. Aunque la tecnología y la innovación han sido motores clave, mantener tasas elevadas de rentabilidad en un entorno tan competitivo requiere un nivel de eficiencia y disrupción que no todas las empresas pueden alcanzar.
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